Con el inicio del nuevo año escolar a la vuelta de la esquina, en Ambato y otras ciudades del país, los padres de familia afinan estrategias para cubrir los gastos que implica enviar a sus hijos a clases. La incertidumbre laboral, sobre todo en el sector público, ha llevado a muchos hogares a planificar con más cuidado cada compra, evitando endeudarse en tiempos de inestabilidad económica.
Marcelo Valencia, ambateño que actualmente reside en El Coca, es uno de ellos. Empleado público y padre de dos niños de nueve y once años, asegura que el dinero que destina para la educación de sus hijos es fruto de meses de ahorro y del décimo cuarto sueldo. “Hago lo posible para que tengan lo que necesitan, sin caer en deudas”, comenta.
Este año, Valencia aprovechó su visita a la “Ciudad Jardín” para adquirir calzado escolar y deportivo a mejores precios. En el Centro Comercial Juan Cajas, gastó 30 dólares en zapatos escolares y otros 30 en calzado deportivo por cada hijo. El uniforme lo mandará a confeccionar en El Coca, donde vive junto a su familia.
La inversión total, entre zapatos, uniformes y útiles escolares, asciende a 900 dólares para ambos hijos, sin contar la matrícula —50 dólares por niño— y la pensión mensual de 100 dólares cada uno.
Historias como la de Valencia reflejan la realidad de cientos de familias que, pese a los retos económicos, priorizan la educación de sus hijos, planificando con anticipación y buscando las mejores ofertas para que el regreso a clases no se convierta en una carga insostenible.







