La alcaldesa de Ambato, Diana Caiza, señaló que le contrato de fotorradares fue un contrato perverso y, luego de ello, algunos concejales protestaron por esas afirmaciones, inclusive señalando que no se sentían aludidos.
El contrato de fotorradares terminó con la alcaldesa Diana Caiza, luego de la celebración del contrato por parte del ex alcalde Callejas y la ejecución iniciada y continuada por los exalcaldes Amoroso y Altamirano.
El contrato de fotorradares fue, motivo de debate en la ciudad de Ambato, dado el beneficio recibido por la empresa concesionaria y por el hecho de que las multas fueron tan altas que motivaron permanentemente protestas no solo de conductores ambateños y tungurahuenses, sino de conductores de otras provincias.
El contrato de los fotorradares fue, seriamente cuestionado por la Procuraduría General del Estado, aunque la Contraloría General del Estado, dirigida por el Doctor Pablo Celi, ahora procesado penalmente, no determinó responsabilidades, sino que se limito a sugerir ciertas reformas al contrato.
Lo cierto es que el contrato de los fotorradares fue un tema que generó gran malestar ciudadano, especialmente cuando los radares eran colocados en curvas y pendientes para que, de manera tramposa, los conductores cometieran infracciones.
