Por: Luis Fernando Torres
La reducción de las tasas de interés, la caída de la inflación y la adaptación de las principales economías nacionales a los desafíos logísticos y energéticos, explican que, el 2024, la economía mundial crecerá a buen ritmo, aunque economías, como las de Gran Bretaña, España y China, tendrán problemas. Entre las favorecidas aparecen, en cambio, las economías de México, India y Vietnam. En el último trimestre del 2023, las economías más pujantes lograron crecer significativamente, en algo más de 9%, una vez que se ajustaron las cadenas de oferta de productos y se superaron las dificultades energéticas por la provisión de gas ruso.
Con las tasas de interés más bajas, las familias y los negocios se verán aliviados en el pago de los préstamos y, paralelamente, aumentará la inversión y el gasto. De ese modo, se activa el circuito económico. Se benefician, igualmente, los países deudores, como Ecuador, que pagarán menos intereses por los préstamos internacionales.
La inflación anual pasaría de 8,9% a 5,1%, con lo cual mejorará el poder de compra de la gente de las economías más poderosas. De este modo, estarán en la posibilidad de adquirir productos más costosos. A la larga, podrían resultar beneficiados países, como el nuestro, cuyos productos serían más demandados en el extranjero.
Los vientos favorables para la economía internacional no llegarán a Ecuador, donde, por el contrario, existe pesimismo sobre la situación económica en el 2024. Si bien la inflación es más baja que la internacional, el poder de compra de los ecuatorianos es reducido. En el caso de las tasas de interés, por ser tan altas, muy superiores a las internacionales, es difícil la obtención de una rentabilidad razonable en proyectos productivos desarrollados con préstamos. La reducción de las tasas de interés internacionales presionará, en cierto modo, a la baja las tasas de interés en Ecuador, dado que las entidades financieras locales accederán a préstamos en el extranjero a tasas menores.
Ecuador tiene problemas económicos adicionales a las tasas de interés y a la inflación. El más grave es el estado de iliquidez fiscal. La falta de recursos tiene desesperados a proveedores y contratistas. Sin dinero, simplemente dejan de invertir y gastar. Otro problema es la alarmante situación de la seguridad social. Para cubrir las pensiones se va a recurrir a los recursos destinados a préstamos de los afiliados. Sin embargo, el país puede levantarse. Las leyes económicas, recientemente aprobadas y tramitadas, son palancas para el despegue.
