Por: Martin Sevilla Holguín
“All Quiet on the Western Front” (Sin Novedad en el Frente) es una película del 2022, ganadora del Oscar a mejor cinta extranjera, que narra la cruda realidad de los soldados alemanes durante la primera guerra mundial. Esta es la tercera adaptación de una novela homónima escrita por Erich Maria Remarque, que luchó personalmente y quedó profundamente impresionado por los horrores vividos en las trincheras. La obra tiene un indudable mensaje antibélico, que logra transmitir perfectamente a través de su trágica narrativa repleta de momentos explícitos de violencia, terror y desesperación.
La película sigue a un grupo de jóvenes patriotas, llenos de entusiasmo y sueños de gloria, que se enlistan para luchar en la línea de combate al norte de Francia. No se hace más énfasis en sus nombres ni en sus personalidades, pues sus pocos matices de individualidad se pierden tan pronto pisan por primera vez las trincheras. Batalla tras batalla, la inocencia e idealismo de los jóvenes soldados se diluye en un cinismo y la lucha por su supervivencia. Los momentos de felicidad, que normalmente encontraban en cosas tan simples como la camaradería, la comida o una carta, se vuelven cada vez más escasos frente a la derrota inminente. A medida que pierden amigos y ellos mismos son obligados a quitarle la vida a los franceses, el velo del nacionalismo e idealismo cae, revelando la humanidad y vulnerabilidad del enemigo, que no es más que la otra cara de una misma moneda.
Al mismo tiempo, se nos muestra el contraste de la vida de los políticos y altos mandos militares alemanes, que buscan negociar un armisticio con Francia. Sus egos y arrogancia impiden una resolución rápida a la urgente guerra, que los jóvenes soldados continuarán peleando hasta sus últimas consecuencias. Finalmente, a pesar de que se logra llegar a un acuerdo de paz, no hay un alivio concedido para los supervivientes, que lucharon sin descanso ni tregua hasta el día 11, del mes 11, a las 11 de la mañana. Sin novedad en el Frente es diferente a las otras películas de guerra porque no busca glorificar la batalla ni destacar el heroísmo en ningún soldado. Su excelente producción, actuaciones, efectos visuales y narrativa son los recursos de una gran moraleja, una advertencia contada por el bando de los perdedores.
